Entre ultras anda el juego Por Puri Liétor
Comentario previo de Osvaldo Buscaya
30 de mayo 2024
Puri Liétor evidencia la estructura e imposición de la civilización patriarcal ecuménica perversa en la frase “Todo credo religioso sigue el mismo esquema jerárquico y asimétrico para los dos sexos, el hombre y lo masculino son los poseedores absolutos, la figura central, la mujer y lo femenino recursos a su disposición”, pues, el acto de pensar del varón, no sería otra cosa que la sustitución del deseo alucinatorio de su fálica superioridad. Resulta pues, perfectamente “lógico” esta modificación del proceso psíquico “acostumbrado” en la ecuménica perversa civilización patriarcal, durante milenios, que hace posible la “vitalidad” en una dirección ideológica de la moral, ética y valores que impone la irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón.
{¿De dónde sale ese esquema jerárquico y asimétrico entre los sexos que comparten todos los credos religiosos? Pues de aquí, de haber superpuesto sobre la realidad biológica (sex) una recreación sociocultural supremacista y segregacionista (gender), diseñada por esos “varones poderosos que practicaron la desigualdad de los que descendemos” (ver Carles Lalueza-Fox), tal y como certifican los descubrimientos que la paleogenética está mostrando.}, pues, al abarcar lo histórico, las costumbres, lo económico, la educación, la vida misma, la salud, la guerra, la religión, la muerte, etc., se “exhibe” la firmeza del ecuménico perverso patriarcado. La realidad del ecuménico perverso patriarcado, sería el sometimiento, el abuso, la violación y la muerte de la mujer; más de la mitad de la población mundial. Enfrentada en su soledad a esta verdad y realidad, la mujer padecería, soportaría y sufriría una persistente contradicción en su existencia ¿Cómo admitir que el ecuménico perverso patriarcado es el padre, el hermano, el compañero, el dirigente, el ecuménico, etc., y que en esta regla no habría excepción? ¿Sería abrir la caja de Pandora? (En Teogonía, el poeta la presenta como la primera de entre las mujeres, que en sí mismas traen el mal y según Graves, se estaría ante la precursora griega de la Eva bíblica, puesto que Pandora es quien, como aquélla, trae la desgracia a la humanidad).
{El dinero putero tiene sexo, el masculino, y siempre ha permitido a los hombres comprar impunidad para anular los derechos de las personas prostituidas y poder imponerse sexualmente sin consecuencias.}, pues, la libertad sexual del ecuménico perverso varón le permite utilizar la prostitución en su ejercicio de poder y sumisión sobre la “cosa”, con la que no tienen que tener ninguna consideración al pagar, porqué está a su servicio, cómo objeto de su consumo. La ambigüedad sexual de la civilización ecuménica perversa patriarcal en las relaciones “sociales y personales”, para no experimentar el perder poder, está imposibilitada de crear relaciones de reciprocidad y respeto. El ecuménico perverso patriarcado en la prostitución, persigue una experiencia de total dominio y control. En realidad, el patriarcado perverso e irresoluble, padece severos y graves problemas con su sexualidad. La “pretensión” del ecuménico perverso patriarcado se “enanca” en los argumentos de los “movimientos” igualitarios masculinos. Su finalidad se reconoce, para un psicoanalítico, en el sentido de condensar y desplazar la realidad de la irresoluble perversión del ecuménico perverso varón haciéndolo no reconocible. La función de los “movimientos” igualitarios masculinos, es así ordenar los componentes del ecuménico perverso patriarcado para formar una totalidad en su discurso impuesto, como dueño del lenguaje. Así se recibe la ley del ecuménico perverso varón en esta especie de fachada, que de todos modos no cubre por completo el contenido, y sufre al mismo tiempo una primera interpretación provisional, que es apoyada por interrelaciones y ligeras variantes. Esta elaboración del discurso ecuménico perverso patriarcal, derivado, deja subsistir todos sus enigmas y arbitrariedades, y no proporciona más que una equivocada inteligencia de la irresoluble perversión del ecuménico perverso varón, siendo necesario prescindir de esta tentativa de interpretación de los “movimientos” igualitarios masculinos, que deja transparentar mejor que ninguna otra su motivación, que es el intento de que la ideología ecuménica perversa patriarcal resulte comprensible para el objeto o cosa; mujer.
Señalo en mi Ciencia de lo femenino (Femeninologia) cuanto tenemos que aprender, sobre la estructura de la relación de la mujer con la verdad como causa, en la imposición del transexual ecuménico genocida perverso patriarcado incluso en las primeras decisiones de la simiesca horda primitiva.
El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
“El feminismo es única y absolutamente la mujer”
Un travesti o un trans; no es una mujer
El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
Buenos Aires
Argentina
30 de mayo de 2024
Osvaldo V. Buscaya (1939/2024)
OBya
Psicoanalítico (Freud)
*Femeninología
*Ciencia de lo femenino
********
Entre ultras anda el juego
Puri LiétorPor Puri Liétor
Psicóloga sanitaria y activista Feminista
Inicio este artículo agradeciendo a Rosa María Rodríguez Magda la compra, lectura, y análisis del último libro de Judith Butler. Semejante sacrificio en pro de las compañeras merece un enorme aplauso, porque del discurso Butleriano parasitado hasta la raíz de ultra tradicionalismo es conveniente mantenerse lo más alejada posible por precaución sanitaria.
¿Por qué afirmo que su discurso está encadenado a las estructuras de pensamiento ultra tradicionalistas?. Pues porque conozco el excelente trabajo de la grandísima maestra del Feminismo filosófico Celia Amorós, y me he tomado muy en serio su mandato más recurrente: “Señoras, lean.”
Y además de leer, como también nos mostró la importancia de aplicar a lo leído la capacidad analítica y crítica, las mujeres de ideología Feminista contamos con herramientas de análisis libres de sesgos androcéntricos, y muy alejadas de la aceptación, y su consecuente acomodación, en el modelo cultural y socioeconómico Patriarcal.
Así que vayamos a los hechos.
Y voy a comenzar exponiendo algunos fragmentos extraídos de la “Exhortación apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, del santo padre Francisco sobre El amor en la familia”, publicada en 2021:
__”La Biblia está poblada de familias, (…). Entremos ahora en una de esas casas a través de un canto que todavía hoy se proclama tanto en la liturgia nupcial judía como en la cristiana: «¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!. Del trabajo de tus manos comerás, serás dichoso, te irá bien. Tu esposa, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como brotes de olivo, alrededor de tu mesa.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!» (Sal 128,1-6).”
__”Si todos tienen dificultades, en un hogar muy pobre se vuelven más duras. Por ejemplo, si una mujer debe criar sola a su hijo, por una separación o por otras causas, y debe trabajar sin la posibilidad de dejarlo con otra persona, el niño crece en un abandono que lo expone a todo tipo de riesgos, y su maduración personal queda comprometida.”
__”El varón «juega un papel igualmente decisivo en la vida familiar, especialmente en la protección y el sostenimiento de la esposa y los hijos. Muchos hombres son conscientes de la importancia de su papel en la familia y lo viven con el carácter propio de la naturaleza masculina. La ausencia del padre marca severamente la vida familiar, la educación de los hijos y su integración en la sociedad. Su ausencia puede ser física, afectiva, cognitiva y espiritual. Esta carencia priva a los niños de un modelo apropiado de conducta paterna».
Todo credo religioso sigue el mismo esquema jerárquico y asimétrico para los dos sexos, el hombre y lo masculino son los poseedores absolutos, la figura central, la mujer y lo femenino recursos a su disposición.
De hecho la carencia de figura paterna en estos fragmentos es promesa de fatalidad futura para la hija/o, sin embargo no hay una sola referencia a que la carencia de figura materna vaya en detrimento de la maduración personal de la hija/o. Ni hay referencia alguna a que un padre criando en soledad se vea obligado a trabajar sin la posibilidad de dejar a su criatura con otra persona, y que en ese caso eso suponga que la criatura crezca en abandono. ¿Eso sólo pasa en el caso de las madres, nunca de los padres?.
Pues efectivamente, estamos ante cosas graves que pasan en ausencia de padres, por ese “carácter propio de la naturaleza masculina”, y aquí está la explicación:
__”Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. (…) No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar».
¿De dónde sale ese esquema jerárquico y asimétrico entre los sexos que comparten todos los credos religiosos?. Pues de aquí, de haber superpuesto sobre la realidad biológica (sex) una recreación sociocultural supremacista y segregacionista (gender), diseñada por esos “varones poderosos que practicaron la desigualdad de los que descendemos” (ver Carles Lalueza-Fox), tal y como certifican los descubrimientos que la paleogenética está mostrando.
¿Y qué hace el credo queer?. Pues mantener la misma superposición pero a la inversa, ahora estaríamos ante una “realidad identitaria sentida” (gender), superpuesta a una recreación biológica (sex).
Así que estaríamos ante el mismo planteamiento verbalizado de forma diferente: para las religiones aceptadas por la modernidad la biología va unida a una naturaleza humana masculina, que se encarna en el macho de la especie, o a una naturaleza humana femenina, que se encarna en la hembra de la especie, esa naturaleza tiene características diferentes y por eso obliga a comportamientos diferentes, jerarquizados y segregados, para mujeres y para hombres.
Para la religión de la posmodernidad, la religión queer, los cuerpos alojan “identidades sentidas” que reflejan una esencia masculina, femenina o +, y se encarnan en diferentes pronombres; en función de ese pronombre los cuerpos tienen comportamientos diferentes, jerarquizados y segregados, porque la esencia tiene características diferentes en su versión masculina, femenina o +.
Y que estamos ante los mismos perros con distintos collares queda muy bien reflejado en otro párrafo de la exhortación apostólica:
__”Los Padres sinodales se refirieron a las actuales «tendencias culturales que parecen imponer una afectividad sin límites, una afectividad narcisista, inestable y cambiante que no ayuda siempre a los sujetos a alcanzar una mayor madurez». Han dicho que están preocupados por «una cierta difusión de la pornografía y de la comercialización del cuerpo, favorecida entre otras cosas por un uso desequilibrado de Internet», y por «la situación de las personas que se ven obligadas a practicar la prostitución.”
Sólo se puede calificar de hipocresía abyecta hacer mención de la afectividad y a renglón seguido expresar preocupación por “una cierta difusión de la pornografía y de la comercialización del cuerpo”, detrás de la que, al sentir de los Padres sinodales, no hay ni consumidores varones de pornografía ni consumidores varones de prostitución, está Internet.
Debe ser que ignoran que numerosas profesionales llevan décadas aportando datos desde el área de las Ciencias de la Salud, de la Educación y de las Ciencias Sociales, que demuestran que se ha acrecentado la brecha entre los sexos causada por un modelo de socialización androcéntrico, en el que ha encajado perfectamente el espacio de mercado que ha ampliado la “industria” de la explotación sexual, sostenida por el consumo de los hombres y que está causando estragos en menores y mujeres. Porque esa es la realidad de la prostitución, las “personas” que están en ella son mayoritariamente niñas y mujeres, de las que se aprovechan hombres de todas las edades.
Y otro ejemplo de hipocresía abyecta es el de las entidades integrantes del llamado colectivo LGTBIQ+, que afirman defender derechos humanos, mientras que llevan años recibiendo subvenciones del Ministerio de Sanidad, entre otras, por presentar programas de atención a mujeres transexuales “trabajadoras del sexo” y a “trabajadores masculinos del sexo” (dos ejemplos son la FELGTB y la Fundación Triángulo), a pesar de tener constancia de la violencia implícita en el comportamiento putero y del desprecio que manifiestan cuando doblegan sexualmente a la persona prostituida.
El dinero putero tiene sexo, el masculino, y siempre ha permitido a los hombres comprar impunidad para anular los derechos de las personas prostituidas y poder imponerse sexualmente sin consecuencias.
Hablar de prostitución y equipararla con un trabajo, blanquear la violencia sexual presentándola como “servicio sexual”, exonerar un comportamiento lesivo monetizándolo, y exculpar a un agresor sexual tras convertirlo en “cliente”, está en las antípodas de la defensa de los derechos humanos, pero va de la mano del discurso fascista y androsexual, que está justificado y respaldado por el maldito género.
La defensa de los derechos humanos está indisolublemente vinculada a la reclamación de la igualdad entre los seres humanos, es decir, entre mujeres y hombres, hecho que al modelo cultural y socioeconómico Patriarcal no le interesa lo más mínimo y por eso creó una herramienta cuyo objetivo es hacer imposible esa igualdad entre los sexos: el maldito género.
Así que es falsa la siguiente afirmación Butleriana que tan acertadamente señaló Rosa Mª Rodríguez Mgda: “Que el género forme parte de la lucha global por un mundo más justo: “defender los estudios de género y la importancia del género para cualquier concepto de justicia, libertad e igualdad es sumarse a la lucha contra la censura y el fascismo” (p. 306).”
Ante una afirmación tan claramente errada, es obligatorio ofrecer la propuesta correcta: defender los Estudios Feministas, reivindicar la igualdad entre los sexos y deslegitimar la herramienta Patriarcal por excelencia, el maldito género, para poder socavar sus cimientos, es el único camino seguro para poder construir una sociedad socialmente justa, y para poder conseguir un modelo de sociedad incompatible con el supremacismo, la segregación, y la dominación, señas de identidad del fascismo.